El ser humano.

"El ser humano se adapta a todo. Supera el dolor, cierra historias, empieza de nuevo, olvida, hasta que consigue sofocar las más grandes pasiones. Pero a veces basta con nada para comprender que esa puerta nunca se cerró con llave."

jueves, 14 de julio de 2011

Te sigo amando.

Juró y mil veces juró que lo había visto dentro de aquella fiesta lujosa como uno de los camareros. Ella nunca se confundía y menos si era sobre él, a quien amaba. Su prometido quien alardeaba y presumía de ella delante de sus amigos, para parecer que tenía mejor gusto la cogió de la mano en su momento de despisté y esta, se la apartó con rabia. Quitándose su chaqueta de color blanco dejo a la vista de todos un vestido de tirantes del mismo color que la chaqueta y se la tiró a su futuro esposo.
Ella empezó a correr detrás del camarero que se iba mientras unos gritos intentaban llamarla atrás suyo.
Cuando traspaso aquella puerta de grandes riquezas, la chica miró hacia los lados y tomo el camino que creía indicado, su instinto lo decía de alguna manera. En su camino preguntaba a todos, con una descripción al chico que quería encontrar y por suerte decían que si. Los ojos azulados con algo de verde, mostraron alegría y brillo especial en ellos, agradeciendo a todo aquel que la ayudaba.
Los piropos se oían por donde pasaba la rubia y esta, no hacía caso, las chicas latinas celosas por una dama así, negaban hablarle y decirles el camino que debía tomar. Hasta que una se compadeció y la guió, acabando en una puerta de un almacén. Cogió aire y la abrió, encontrándose en una fiesta callejera llena de chiscas iguales a las de ante.
Hasta que lo diviso a él y en sus piernas, una chica disfrazada de manera provocativa. Se cruzó de brazos y él notó su presencia, haciendo que la chica de sus piernas se retiraba hacia otro lugar, ya que se sentía desplazada y sin antes, chocarse hombro con hombro con la rubia mirándola con rencor.
Él se levantó dirigiéndose a unas escaleras y fue hacia la azotea, la otra empezó a seguirlo a paso ligero, pensando quizás que estaba enamorado de la otra chica. Cuando llegó arriba del todo, observó a una chica vestida con una camisa sin mangas con una cremallera en medio, totalmente negra y una falda de volantes rosada, a juego con los tacones. Se le ocurrió una idea y cogiendo a la chica de la mano, cambió su ropa con la de ella. Hasta se quito la trenza que tenía dejando que las ondas de su cabello estuvieran libres.
Le agradeció y al fin vio donde estaba él, sentando en un sofá en frente de una especie de cine. Ella tomo aire y se dirigió hacia el, como si adivinara que iba hacer eso, el chico se levantó esperando a que la muchacha se arrojará a sus brazos y así hizo. Levantó su barbilla depositando un corto besos en sus labios y juntando sus frentes, le susurró:
-Sigo amándote...

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