Estaba en el portal, cuando ya bajó con la maleta ahí estaba él, como esperando ese momento, en seguida tragó saliva y soltó la maleta sin darse cuenta para ir corriendo a donde estaba. Este al darse cuenta, abrió los brazos esperando al cuerpo de la pequeña, que pronto lo sintió y lo abrazó como si fuera el último de sus días. La pegó lo más posible a su cuerpo y en seguida, con una mano la hizo alzar su rostro dejando ver aquellos ojos marrón oscuros, que siempre se perdía en ellos y al fin, habló:
-Quédate, no te marches...
-No puedo, entiéndelo.
-No te vayas...-La acarició una mejilla, suspirando.-
-Volveré...por ti...-Se puso de puntillas, quedando a milímetros de él.- En un mes...
No dijo nada más, simplemente se limitó a rozar los labios con los de ella para luego fundirse en un beso, totalmente sincero, dulce y de amor. Cuanto le echaría en falta.
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