El ser humano.

"El ser humano se adapta a todo. Supera el dolor, cierra historias, empieza de nuevo, olvida, hasta que consigue sofocar las más grandes pasiones. Pero a veces basta con nada para comprender que esa puerta nunca se cerró con llave."

jueves, 18 de agosto de 2011

Un cuento.

Cuenta la historia que en la aldea perdida de la desolación habitaba una pequeña princesita desbordante de amor y felicidad. Poseía un precioso jardín de flores rojas las cuales cuidaba con todo su corazón es más formaban parte de ella, cada vez que una de esas flores que componían su maravilloso jardín se marchitaba la pequeña princesita sentía como su corazón se encogía sin piedad a medida que esa flor perdía la vida. Era como si cada una de esas flores contuviera un pedazo de vida de la pequeña princesita, pero lo que no se podía llegar a imaginar la pequeña niña es que mientras ella dormía dulce y placenteramente en sus aposentos una sombra misteriosa salida de la nada se acercaba sigilosamente al jardín. No podía creer lo que sus ojos veían jamás había contemplado un jardín tan reluciente y maravilloso de rosas rojas las cuales brillaban a la luz de la luna como si de un faro se tratara. 


No pudo resistir la tentación de arrancar una flor pero como si de brujería estuviéramos hablando esa flor comenzó a perder el color y a ponerse negra como la temible noche que acechaba el cielo. No fue solo al rosa que la misteriosa sombra arrancó si no todas las flores que desprendían una luz inmensa empezaron a ponerse negras y perder su precioso color rojo brillante. La extraña sombra sin pensarlo dos veces corrió hacia las profundidades del terrorífico bosque sin soltar de su mano la extraña flor negra, corrió y corrió hasta que desapareció en las sombras del bosque y la neblina de la noche.

Un nuevo día había amanecido pero la princesita sentía un vacio dentro de su ser como si le faltara algo, como si le faltara el alma junto con el corazón. Estaba fría y triste y toda esa felicidad que desprendía se convirtió en llantos y lágrimas sin una razón aparente por la cual derramar sus pequeñas lágrimas de cristal las cuales se rompían encima de cada una de las flores negras que componían su jardín. No podía creer lo que había pasado se preguntaba una y otra vez como podía haber sucedido esa tragedia en una sola noche. Recorrió el jardín sin dejar de llorar hasta que se dio cuenta que faltaba una flor la más grande y reluciente del jardín, la que con tanto esmero había cuidado tanto o más que las otras, aquella que contenía su corazón y su alma ahora perdidos por algún lugar del inmenso universo que la rodeaba.
Pasaron los días las semanas y los meses y sus flores nunca recuperaron el color cada día que pasaban eran aun más negras y desoladoras que el día anterior. La pequeña princesita sin alma ni corazón juró recorrer el mundo tras su pequeña flor roja brillante la cual devolvería la felicidad el amor y sobre todo el color y el brillo a la luz de la luna de las flores rojas de su maravilloso jardín.
Cuenta la leyenda que la pequeña princesita jamás encontró su alma ni su corazón, jamás volvió a ser la misma princesita que desprendía amor allí donde iba.Pasaba las noches en vela haciendo de guardiana de las flores con la pequeña esperanza de que algún día su jardín volvería a ser el de siempre y ella dejaría de ser esa princesita infeliz ahogada en un mundo de desesperación.


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